LO IN-ÙTIL. Cerámica Contemporánea

Nota de prensa

Con esta exposición Espacio 0 reúne una selección de artistas cuyo trabajo se circunscribe en torno a la cerámica. La exposición la conforman cinco artistas de diversas procedencias. 

Bajo el título “Lo in-ūtil” se plantea un discurso alrededor de la propia utilidad de la cerámica en la actualidad e incluso más allá de la propia utilidad del arte.

Nos encontramos inmersos en una sociedad donde el consumo exacerbado nos lleva a la practicidad de no querer almacenar, donde lo que se compra se tira una vez usado, donde la estética apenas pervive a través de oleadas de “micromodas”, donde la producción de cualquier objeto apenas vale siquiera la mano de obra y el material, sin preocuparnos de los valores ecológicos y sociales. Con este panorama se plantea un horizonte perdido para un material como la cerámica. El cuenco de plástico, que apenas costará unos céntimos, tardará una media de 500 años en deshacerse, aunque sólo tardará algunos días o con suerte unos meses, en permanecer en nuestra casa. Esto se enfrenta a la cerámica, testimonio patrimonial de culturas milenarias, tan dura y frágil a la vez. Materia que, por su propia construcción, sobrevivirá más allá de sus creadores.

La aparición de la sociedad está ligada a la aparición de la cacharrería, ya que esta nos permitió almacenar el agua y aceite y por lo tanto mejorar nuestra vida. La sociedad creció alrededor del místico fuego y de la arcilla, junto a los óxidos, engobes, vidriados y poco a poco, los esfuerzos nos permitieron que no dependiéramos tanto de nuestra supervivencia. Dedicándonos así al ocio y por tanto a quehaceres más banales, como por ejemplo, decorar los objetos y embellecerlos, descubriéndonos el placer de perder el tiempo. Cada artesano o artista creció guiado por las necesidades, gustos e inquietudes de cada pueblo. El cacharro útil pasó de ser funcional a un objeto con valor añadido.

Detengámonos aquí, ya que un síntoma claro de cuán avanzada es una sociedad, es su capacidad para dedicarse al ocio, lo que comúnmente llamamos la sociedad del bienestar. No hay sociedad que prefiera el trabajo al tiempo libre. Respecto a esto un tema de debate reciente es la popularización de la inteligencia artificial, sin duda un mal necesario, para mantener nuestro ritmo de vida y mejorar nuestra propia comodidad. Un claro ejemplo de nuestro bienestar es la aceleración consumista que favorece el usar y tirar frente a la perdurabilidad de los objetos. La cerámica, al igual que el textil, también se ha visto afectada por esta cuestión. La demanda de la misma se dirige mayormente a los objetos de fabricación industrial frente a los artesanos, por ser más baratos y porque se usan y se tiran, frente al objeto único. No tiene sentido hoy en día decorar a mano un cacharro para el uso cotidiano, no es funcional, ni práctico, ni barato. No cabe duda que la cerámica artesanal y su producción manual, aunque minoritaria, desde hace décadas ocupa un lugar privilegiado para convertirse en objetos de culto. Esto podría haber tambaleado los cimientos de uno de los elementos artísticos más ligado a la evolución de la sociedad, pero los artistas y artesanos expertos en esquivar los problemas le dieron un nuevo y mejor lugar convirtiéndola por sus cualidades únicas en un maravilloso soporte artístico. Los artistas familiarizados con los “objetos inútiles” vieron el potencial del material ampliando sus expectativas funcionales para ocupar un lugar propio hacia nuevos campos estéticos y formales. Síntoma claro de la buena salud del material es que en nuestra sociedad ecléctica y post posmoderna la cerámica pervive con el cacharro popular, con el cuenco Vargaden de Ikea y en las “in-útiles” obras artísticas.

Les invitamos a descubrir a través de esta exposición, comisariada por Antonio I. González, el carácter expresivo de la cerámica. Vean en esta lo que Murillo vio en sus bodegones, un reflejo de su sociedad. Disfruten del placer del arte, donde lo bello se hace “in-ūtil” pero profundamente necesario.

Antonio I. González (Montilla en 1961) Ceramista, pintor, escultor y fotógrafo. A través de sus esculturas Antonio nos acerca al conocimiento de las civilizaciones. La relación con la escritura y su dominio con el uso de las texturas, nos recuerdan a paisajes fractales donde nada es lo que parece. Sus retículas orgánicas, son trazos imperfectos en los que sumergirnos en nuestro propio conocimiento.              

Heitor Figueiredo(Braga, 1952) . Ceramista portugués afincado en Beja. Sus piezas cerámicas de carácter escultórico conviven con materiales de diversa índole. Recuerdan edificaciones donde el equilibrio juega un papel fundamental Su exquisita paleta atenuada nos evoca a la niñez. El material se fusiona a modo de estructura en la que los pequeños accidentes nos devuelven la mirada hacia lo orgánico.

Hisae Yanase (Chiba, 1943-Córdoba, 21 de mayo de 2019) fue una ceramista, pintora y escultora japonesa, afincada en España. Su obra nos evoca una estrecha relación con la naturaleza y los materiales. Su amplio conocimiento técnico le permitió profundizar en el intercambio cultural. Su obra nos obliga a ser curiosos y observar con una mirada compleja en la que la propia pieza es una excusa para conocer el mundo que nos rodea.

Josema López Vidal ( Huelva- 1992). Su obra se mueve entre el pop y el barroco. Reinventa un universo iconográfico personal estableciendo un juego entre lo religioso y lo mundano. Ambas partes se engranan para trasladarnos a pasajes narrativos en los que lo tradicional y actual conviven en pleno equilibrio. Su virtuosismo con el dibujo le permite experimentar con una narrativa que a veces se circunscribe dentro del mundo de la ilustración.

Rafael Chacón (Sevilla 1965). Su particular imaginario le permite recrear personajes desde un universo único, seres que podrían convivir en un mundo común. Su obra bebe de la ilustración infantil, pero también del diseño y de la moda. El cromatismo de sus piezas y su pulcritud formal nos presenta una obra compleja pero a la vez cercana, en la que podemos recrearnos a través de su contemplación delicada y minuciosa, en la que cada objeto, recuerdan casi a piezas de joyería.

Gustavo Domínguez