Obras
AUTOR / ES
Miguel Pérez Aguilera
Nota de prensa
Dibujo Versus pintura
Disculpen que presente esta exposición con una pregunta, pero ante una figura como la de Pérez Aguilera a veces es tan fácil ver las diferencias entre ambas disciplinas, como en otras el no poder distinguir si estamos ante un solo medio.
A los que amamos y conocemos su pintura no deja lugar a dudas que fue un gran dibujante y poniendo su figura en un contexto, aunque es considerado como el padre de la Abstracción andaluza y por lo tanto su obra pictórica es clave para entender el arte contemporáneo andaluz, su paso por la Escuela de Santa Isabel de Hungría como profesor de dibujo durante cuatro décadas fue decisiva para entender su propia obra y la de las siguientes generaciones de artistas.
Resulta tremendamente complicado establecer y más hoy en día una frontera, si existiera, entre las dos disciplinas. Esto no fue siempre así, ya que no fue hasta el siglo XV cuando el dibujo alcanzó el estatus de disciplina autónoma. El dibujo como herramienta comunicativa es fundamental, pues el niño antes de aprender a escribir aprende a comunicar a través del dibujo y frente a otras disciplinas, disfruta de numerosas virtudes: es rápido, conciso, directo, expresivo y narrativo.
Hace unos meses hablando con otro de los grandes maestros del dibujo andaluz, Antonio Agudo, afinaba con su clarividencia, que probablemente la gran diferencia entre la pintura y el dibujo residía en la espontaneidad del mismo frente al carácter procesual y por lo tanto más intelectual de la pintura. El dibujo en definitiva iene una mayor capacidad espiritual a la hora de comunicar frente a la pintura mucho más meditativa.
Tal vez esa sea la mayor virtud del dibujo, la espontaneidad y por lo tanto su expresividad. No podemos olvidar, al fin al cabo, que el fundamento físico de un dibujo consiste en la huella que nuestro cuerpo deja sobre otra superficie y que al igual que una firma, es prácticamente imposible de impostar y de copiar, mediante procesos manuales. La velocidad, forma y presión describen un rastro a través de una ruta irrepetible que finalmente se materializará, y que más allá del fenómeno físico, será la representación o reflejo de una idea o imagen que en el mejor de los casos permitirá trasladarnos a los espectadores a una narración o vivencia determinada, encuadrada temporalmente en el tiempo de la ejecución de la misma obra.
Curiosamente este acercamiento resulta muy diferente, cuando este dibujo se hace del natural o de fotografía, disculpen de nuevo, ya que con esta reflexión no quiero hacer una defensa de la mejor forma de abordar al modelo enfrentando la una a la otra, discurso que a estas alturas del siglo XXI debe estar más que superado. La fotografía nos aleja de la interacción con el modelo, nos aísla y por lo tanto nos permite una reflexión más fría, además nos da la opción de profundizar en narrativas y composiciones que del natural serían imposible abordar. Por otro lado el natural nos permite interactuar con la propia acción, nos da conciencia del tiempo en la que este se desarrolla y aunque nunca es un instante, sino más bien una fotografía de larga exposición, la propia conciencia del artista nos permite profundizar en el sentido esencial de la imagen a la que se enfrenta, casi siempre favoreciendo a un aumento de la expresividad y gestualidad del artista. Este fenómeno de síntesis y expresividad fundamentalmente favorece dos cosas a que la impronta del artista y por lo tanto sus virtudes o defectos quedan más visibles y por la misma acción de formar parte la acción, la de trasladarnos a la propia escena con mayor fuerza que una imagen tan solo exacta, como una instantánea detenida en el tiempo.
En esta exposición a través de 21 dibujos el artista nos hace un recorrido sobre sus propias vivencias, con materiales cercanos, podemos sentir la improvisación de la mano de un maestro, que despreocupado pretende apresar lo que le rodea, como un instante vivencial. Esta colección de maravillosos y únicos dibujos que se presentan en la galería Espacio 0 son capaces de trasladarnos con profunda exactitud y no me refiero sólo a lo visual, al momento exacto en el que el artista los realizó, la rapidez, y la claridad de ideas con los que son ejecutados, nos muestran un diario de vida concreto, donde el artista nos acerca a su propia vivencia, a su tiempo e inquietudes.
El artista a través de imágenes cotidianas sobre soportes a veces improvisados nos acerca a su vivencia para mostrarnos un momento. La sinceridad de su trabajo y maestría quedan visibles en estos trabajos, una lección casi filosófica de su magisterio y de su creencia en el arte.
“Soy un observador. Si tienes el sentido de querer captar, conocer el mundo en que vives, llegas a descubrir cosas verdaderamente admirables.”